Árbol entre piedras, algunas cabras descansando a la sombra del pino, un terreno absolutamente áspero e inimaginable. Parece imposible que en este caos de bloques de granito rosa pueda existir algún tipo de vida vegetal pero de vez en cuando surgen estos bonsáis naturales que alegran la vista y los sentidos.
El otro día me di cuenta de que me leían en Ushuaia, al otro lado del mundo. Increíble pero cierto. Casi no me lo podía imaginar, Usuhaia siempre ha sido para mi una tierra incógnita, un territorio mítico y desconocido… También he localizado a un viejo amigo que pasa por aquí desde la lejana selva negra (ventajas del ciberespacio), otro paraíso de pinos aunque desde mi modesto punto de vista nada tiene que ver con la salvaje hermosura de nuestra Pedriza. ¿Será quizá por la lluvia ácida de aquellas tierras?
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
2 comentarios:
¿Qué son? ¿rebecos? Tiene pinta de haber sido un espléndido día de montaña. Qué envidia!
Efectivamente, un espléndido y soleado día de montaña con el aire soplando en las zonas más altas y sin apenas gente a pesar de encontrar el aparcamiento abarrotado. Caminas un poco y el monte es todo tuyo.
Los tres animales que se divierten entre las piedras (aparte del humano que les contempla) son ejemplares jóvenes de capra hispánica; es un animal muy numeroso en la Pedriza, reintroducido por el hombre en este hábitat hace no muchos años. Han proliferado sin freno y actualmente son los dueños de las zonas más altas e inaccesibles. Como apenas tienen depredadores, cada vez se van haciendo más confiados.
Cordiales saludos,
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