domingo, 12 de enero de 2014

Hasta siempre JBlas



El viernes pasado JBlas se fue junto a su hijo. Desde la Torre del Pomelo, en el macizo central de Picos, un salto hasta el cielo donde le esperaba Yerai junto con otros amigos: Juanjo y Dani, Alfredo, Lito, Dumbi... Avigamo nos informa de la terrible noticia; Avigamo es uno de los ángeles de la guarda que nos cuidan en las salidas montañeras. ¡Qué desgracia y qué tristeza tan grande! Espero amigo que al final hayas encontrado el merecido descanso, junto a tu pequeño Yerai, después de tantos años de sufrimiento. Recuerdo que de vez en cuando nos intercambiábamos estrellas, tú siempre mirabas al cielo buscado a Yerai. Recuerda que por allí anda mi hermano Luis, también era montañero, haréis buenas migas. Ahora tendría tu edad pero se cansó de vivir pocos días después de lo de Yerai y se fue buscando otras montañas más etéreas de las que tenemos por aquí. Estoy seguro de que estos últimos siete años te lo ha estado cuidando con mimo pues era una persona especialmente cariñosa. Ahora ya estáis todos juntos, menuda panda. Qué sepáis que sois unos bandidos, que nos dejáis aquí sumidos en el dolor y en la impotencia. El único consuelo que me queda es que siento que por fin has descansado, que el dolor que te rompía el corazón ha encontrado alivio, que las heridas habrán cicatrizado y que esa alegre tristeza o triste alegría de la que hablaba Raúl, será por fin una alegría de verdad. Sinceramente creo que la montaña no es injusta, a veces hay casos de mala suerte, otras veces nos despistamos, calculamos mal nuestras fuerzas, subestimamos su poderío y nos acaba atrapando pero también sé que la montaña calla y escucha. Y cada cual le pide lo que cree conveniente. Ella sabía de tu dolor, te seguía llamando y tú acudías feliz porque te llenaba y aliviaba tu pena. Quizá no debiste ir decía otro amigo, probablemente no era el momento, en fin, no vamos a darle vueltas porque ya no hay solución. A lo mejor era el destino pero cuando uno sueña intensamente con algo, al final siempre se acaba cumpliendo. Yo sólo sé que por fin has encontrado la paz junto a tu pequeño patilargo. Aguamar y yo salimos hoy a trotar por el monte, que también es una forma de homenaje. Hicimos el circuito del cancho de los Muertos en nuestra querida Pedriza (que curiosa coincidencia eso de dirigirnos al cancho de los Muertos) y no dejamos de pensar en ti; encontramos a Raúl y volviste a salir "qué putada", "vaya desgracia". José, yo sé que te has ido porque te tenías que ir, porque tenías que recobrar la paz, porque tenías que reencontrarte con tu pequeño, porque la vida se te hacía muy dura y ya no lo podías soportar pero que sepas que a nosotros nos destrozas el corazón. Hay cosas que nunca deberían ocurrir pero en este caso es como si se cerrara un círculo y por fin se calmara el dolor de tu corazón. Nunca una alegría tan triste, nunca una tristeza tan alegre. Te queremos JBlas, siempre te recordaremos compañero. Nosotros nos quedamos con Rosa, con Mireia, con tu compi de cordada que debe estar destrozado. Sólo te pido que des recuerdos a los amigos, que veles nuestros sueños y guíes nuestros pasos en la montaña, que nos des luz y consuelo. Que sepas que mi hermano Luis no es muy de cuerda, a ver si le cuidas y le enseñas algo que para eso sigues siendo un tío legal. Nosotros nos acordaremos de todos vosotros cuando miremos el cielo y os veamos reflejados en la luz de las estrellas. Recibe un fuerte abrazo,

jueves, 9 de enero de 2014

Los reyes magos y los esquejes de rosales



La víspera de reyes estuvimos plantando rosales en Vailima. Julián nos trajo más de treinta esquejes de rosal, de diferentes tipos y colores, recopilados en los jardines del pueblo. Entre ellos incluía algunos ejemplares de la casa del cura, donde crecen unas bonitas rosas de color amarillo, y de otros muchos sitios. Una verdadera contradicción eso de las rosas amarillas. También nos trajo un frasco con solución enraizante para facilitar el proceso. Julián ya está cansado de trabajar y nos dice que se jubila a finales de este mes de enero, después de toda una vida de esfuerzo y dedicación. Hasta ahora llevaba la única tienda del pueblo, una especie de “Súper-Todo”, donde era posible encontrar cualquier cosa que necesitaras, desde alimentos y bebidas hasta herramientas y productos de limpieza… Allí podías conseguir fruta y verdura, latas y embutido, morcillas de Burgos, vino, alpargatas, detergente; incluso hasta ataúdes vendían en sus mejores momentos. El negocio ha ido a menos y el dueño se ha hecho mayor. La última vez le compramos un porrón por seis euros y descubrimos los sacos de sarmientos que vende para asar las chuletas. Imagino que a partir de ahora se dedicará a su huerta y a sus rosas pero estoy seguro de la gente le echará de menos.

En cuanto a la plantación de los esquejes, por lo visto esta vez nos hemos adelantado al momento idóneo aunque eso depende de las características climáticas de cada zona. En Vailima hace mucho frío, hiela hasta muy tarde y la primavera suele venir retrasada. La mejor época sería a lo largo del mes de febrero; en cualquier caso los rosales deben podarse en invierno, tres meses antes del comienzo de la primavera, preparando la planta para su próxima floración. Después de pasar la noche en solución enraizante, plantamos las estacas de algo más de un palmo, dejando tres nudos por debajo de la tierra y otros tantos por encima. Es importante comprobar que las yemas quedan por encima del nudo. En el pueblo me dicen que los rosales crecen en la cabeza de un tiñoso. Al final preparamos una hilera con veinte varas, separadas unos veinte centímetros, junto a un surco de unos cuatro metros para poder regarlos en condiciones. Dejamos otros quince esquejes envueltos en papel de periódico con solución enraizante dentro de una bolsa de plástico en el interior del garaje, esperando su plantación en la luna llena de febrero tal y como me explica Julián (y como leo en el libro de injertos que me ha prestado “el gallego” que vive en la casa de piedra). Enseguida se pone a llover y nos ahorramos el tener que regar. De todas maneras, con todo lo que ha caído en estos últimos días, la tierra está bastante húmeda y apenas hay que esforzarse en la plantación. No hemos visto el sol en toda la semana. Ahora no queda más que esperar el resultado aunque he estado leyendo que el mejor método de propagación de rosales es el injerto sobre un patrón silvestre, resistente tanto a los efectos de la climatología como a plagas y enfermedades. Dicen que este método es bastante mejor que el esqueje directo del propio rosal. Es posible utilizar patrones de zarza o de rosa silvestre (el escaramujo o rosa canina) injertando posteriormente las variedades de rosa que más nos interesen (la técnica del injerto es toda una ciencia). Habrá que ir practicando con el escaramujo o tapaculos, una planta vigorosa que resiste a todo tipo de inclemencias.

El río en Vailima baja turbio y crecido, arrastrando todo lo que se le pone por delante. Es un río de color marrón teja con una corriente impetuosa que ocupa la casi totalidad de los ojos del puente. Yo calculo en estos momentos un cauce cercano a los cien metros. Los guardias vigilan expectantes la crecida que ya ha inundado la ribera. La isla aparece rodeada de agua por sus cuatro costados y los árboles se cubren de una densa capa de verdín. En casa, el terreno junto al pozo sigue calcando pero los más entendidos me dicen que no me preocupe, que es algo normal hasta que acabe de asentar toda la tierra removida. Ya lleva casi dos años construido pero en estos últimos tiempos ha llovido mucho y, si el pozo es bueno, es normal que se mueva por debajo. Paco mira con expectación, aterido de frío bajo el escaramujo deshojado. Paco es el enano del Cabo de Gata que amanece completamente blanco por la escarcha. Menuda diferencia el frío de este invierno en Vailima con las moderadas temperaturas de su Níjar natal, instalado bajo una frondosa higuera junto a un campo de naranjos. En esta ocasión he aprovechado por plantar tres almendros a raíz desnuda y un roble junto al pozo. Clemente me explica que los almendros, de una variedad tardía para resistir mejor las heladas de primavera que acaban arrasando los frutales, ya vienen injertados; una vez los saca de la turba y les quita las ramas accesorias, ya están listos para plantar. Descubro que el Quercus robur fastigiata que plantamos en el jardín se conoce como roble columnar o cupresiforme por sus ramas erectas, verticales desde la base y pegadas al tronco. Es una especie de roble-ciprés que plantado de manera aislada resulta muy estético. También se conoce como roble pedunculado pues las hojas tienen un peciolo muy corto mientras que las bellotas, en grupos de tres, cuelgan de un largo pedúnculo. Subimos al bosque de Villandrando y volvemos por el camino de la Estación, lleno de charcos enormes donde se reflejan las nubes. Imposible rebelarnos contra el destino de la naturaleza. A última hora de la tarde amainan los chubascos y sus majestades los reyes de oriente hacen acto de presencia rodeados por toda su corte, lanzando caramelos y golosinas para los más pequeños. En el pueblo les invitamos a un chocolate caliente para entrar en calor y al acabar, se van a visitar a las personas mayores y a los enfermos que no pueden salir de casa.