domingo, 30 de noviembre de 2008

Más ruinas

Se nos acaba el mes y de puntillas, casi sin darnos cuenta, vamos entrando en el invierno y en el ambiente navideño; seguimos creyendo en la lotería, la esperanza en los tiempos difíciles. El goteo de la cisterna en el cuarto de baño me sume en la desesperación. Nunca he sido muy de aparatos y, una vez que alcanzo a visualizar el mecanismo, me parece un artilugio tan sumamente complejo que lo vuelvo a dejar tal y como lo encontré. Entramos en tiempos de crisis, no hace falta ser muy inteligente para darse cuenta, solo hay que prestar atención a pequeños detalles sumamente ilustrativos, por ejemplo, el cierre del salón de masajes y aromaterapia que montaron no hace mucho tiempo en la esquina de la calle junto al taller mecánico, y su sustitución por una tienda de chinos que vende productos de alimentación prácticamente durante todo el día, incluidas fiestas y fines de semana. Anoche, cenando en una antigua estación de tren recién rehabilitada, había más camareros que comensales (signo inequívoco de que las cosas no van tan bien como antes). Sin embargo yo pienso que las crisis nos harán más fuertes y que es necesario volverse a levantar. Seguimos con las ruinas, con santa Eulalia en esta ocasión, y las “ilusiones” de la Colonia.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Son ilusiones

El cine de la Colonia, que he titulado “son ilusiones”, por motivos obvios. Los cines van desapareciendo a pesar del largo tiempo que las películas permanecen en la memoria. Tristeza, desamparo, soledad, abandono… el deterioro del paso del tiempo, en este caso acelerado por la intervención humana cuan carroñera ave de rapiña. La naturaleza coloniza lo que fue suyo y todo vuelve a su ser. Incluso en un tiempo se pensó en poner por aquí la actual cárcel de Dueñas, pero el proyecto se desestimó y, calmadas las aguas, “la Colonia” retornó a su habitual ruina y abandono.

viernes, 28 de noviembre de 2008

La Colonia

También el tiempo se detiene entre las ruinas y el olvido, mostrándonos crudamente el paso de los años. Esos años que sepultan bajo una capa de escombros el polvo y las ilusiones mientras la vegetación recupera de nuevo todo aquello que fue suyo. Paredes y techos se desmoronan mientras las zarzas crecen en el interior de estancias protegidas del aire y el frío por los muros que aún quedan en pie.
En un tiempo todo esto formaba parte del sanatorio antituberculoso construido por presos después de la guerra. Posteriormente el sanatorio fue transformado en colonia de vacaciones, manteniendo el nombre de “General Varela”, donde venían chavales de todos los puntos de nuestra geografía. Ahora, apenas queda algo más que las ruinas, escombros y maleza, después de haber sido expoliado todo aquello con algún valor material: maderas y puertas, cables y chatarra, sanitarios, incluso los marcos de las ventanas y las butacas del cine, los ladrillos o azulejos…
Se mantiene intacto, por el momento, el valor sentimental, así como el esqueleto de la piscina. Se adivinan estructuras que en los momentos de esplendor corresponderían a espléndidos salones de baile, con sus columnas y ventanales, o incluso el cinematógrafo, con sus taquillas, del que no permanece más que el esbozo del antiguo patio de butacas.
Es verdad que siempre me llamaron la atención las ruinas. En este caso, a pesar de no haber conocido “la Colonia” en sus mejores momentos, la emoción y la tristeza embargan los sentimientos.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Cisnes

Una pareja de cisnes en un paseo tranquilo sobre las oscuras aguas del Carrión. Blanco sobre negro salvo el toque de color de los dos picos naranja y las olas formadas en la superficie por el movimiento de las aves. Unas ondas absolutamente plásticas inmovilizadas por la detención del tiempo en un momento determinado. Luz y movimiento, el poder de la fotografía, el mágico poder de la detención del tiempo.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

La Bella Desconocida

Cielos y luces intensas que transforman en oro todo aquello que tocan. Resaltan así las piedras milenarias en las horas del atardecer, sin duda uno de los mejores momentos del día. Paseos sin rumbo y sin prisa, vagando por calles desconocidas (flâner comme un clochard), descubriendo múltiples detalles que en otras circunstancias pasarían desapercibidos. Castilla, “la Bella Desconocida”, los atardeceres de ensueño.

martes, 25 de noviembre de 2008

San Francisco

La espadaña de San Francisco y sus cuatro campanas asimétricas, una bonita e inusual imagen de una iglesia pero esas tomas son las más impactantes, pequeños detalles que sobresalen de lo rutinario y lo habitual. El contraste de la piedra dorada contra el azul, uno de los privilegios del cielo castellano.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Reflejos sobre el Arlanza

Reflejos sobre el Arlanza. El agua, la luz, los árboles de la ribera, un universo en movimiento que se paraliza de repente y se plasma, como una pintura a todo color, en los pedacitos de tiempo, transitorios e irreales, que conforman nuestras vidas. Si no fuera por la imperceptible sensación de movimiento que transmite el primer plano, podría tratarse de una de esas pinturas conocidas como “naturaleza muerta”; los rizos sutiles transforman el paisaje insuflando la necesaria sensación vital.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Otoño

Es evidente, estamos en pleno otoño tal y como indican los hermosos castaños de Indias que bordean el paseo (con la perfecta formación de los desfiles vegetales). Algunas hojas amontonadas que se irán pudriendo poco a poco, la magia del jardín, luces y sombras, el dorado de las hojas recortado contra el azul del cielo castellano. Un jardín o una huerta, lugares para pensar; es verdad que la poesía nos gusta más de lo que imaginamos.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Cielo rosa

El cielo rosa del atardecer desde el balcón de mi isla particular, una atalaya espectacular que disfruto menos de lo que desearía. Un jardín ayuda a pensar pero a falta de jardín bueno ha de ser el balcón con macetas, pequeños árboles domesticados donde acuden palomas y urracas urbanas. Muy lejos para las inquietas salamanquesas que no se atreven a subir tan arriba. La Dehesa de la Villa a la izquierda y la Casa de Campo detrás del caos de bloques, los dos pulmones del noroeste, con el característico perfil montañoso oculto por las nubes de colores. A estas alturas del año, hace tiempo que desapareció el murciélago estival.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Esencia

Apenas la diagonal azul con las hojas amarillas del arce de Montpellier poco antes de echar a volar. La esencia más íntima, la simplicidad de la naturaleza. Probablemente la estación más hermosa del año, estallido de color antes de la llegada del invierno.

martes, 18 de noviembre de 2008

Un jardín

La importancia de cuidar un jardín, aunque sea pequeño, siempre hace que te sientas bien.
Seguimos con lo simple; gominolas en la Almenara, agracejos quizá o cualquier otro de los frutos que nos ofrece el otoño…
Las flores, aparte de bonitas, cambian continuamente y en un jardín, por pequeño que sea, siempre pasan cosas. Permite observar los árboles y las plantas. Un jardín hay que regarlo cada día y, mientras lo riegas, lo miras (Kazuyo Sejima, arquitecta).

lunes, 17 de noviembre de 2008

Simplicidad

Las “Cuatro Estaciones Porteñas” de Astor Piazzolla (1921-1992), argentino de Mar del Plata. “Con este bagaje y su decidida vocación, Piazzolla compuso alrededor de tres mil piezas… La milonga y el tango simbolizan el núcleo de una música que toma las formas tradicionales de su tierra natal para elevarlas a las salas de concierto a través del bandoneón, la guitarra, el piano o tantas combinaciones camerísticas y hasta sinfónicas”.
Totalmente de acuerdo con la simplicidad del viento, del sol y de la ropa sobre la cuerda.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Primeras nieves

Así se presentaba esta mañana la Mujer Muerta, aguantando el aire frío y la bruma del norte que aparece de repente ocultando el tímido sol otoñal. Una capita blanca, sutil, aunque menos aparente que el grueso manto que cubre las estribaciones de Peñalara. En el momento en que se echa la niebla dejamos de ver las montañas y todo se torna un poquito más triste y un poquito más gris. Yo también voy buscando el camino a la extrema sencillez…

sábado, 15 de noviembre de 2008

Subida a la Almenara

La Almenara, el bonito pico que vemos cada tarde al fondo del horizonte, justo donde se oculta el sol al atardecer. Terreno inhóspito y despoblado, un par de horas de silencioso camino con una corta trepada antes de alcanzar la cumbre con sus dos vértices geodésicos, únicamente acompañados el canto de los pajarillos y el planear de los buitres. Algunos pinos aislados y un par de enormes robles creciendo entre las rocas… Una montaña bien fácil de reconocer desde la distancia, merced a sus dos características cumbrecitas que semejan la joroba de un camello. Desde Robledo, en cambio, se aprecia una pirámide casi perfecta de considerable desnivel, pero todo es relativo y al final nos damos cuenta de que las apariencias engañan. Madrid destaca en la llanura, con una perspectiva bien diferente a la que estamos acostumbrados.

viernes, 14 de noviembre de 2008

La luz

La luz se apodera del espacio, silenciando incluso el desaforado canto de los pájaros, un silencio que casi llega a doler. La luz y el azul del cielo, zarceros, musicales y petirrojos, debe ser eso, que persigo sueños y petirrojos… Los árboles van cambiando los colores y el suelo se cubre de hojas secas que enseguida echan a volar, igualito que los miedosos patos del Arlanza. La tranquilidad de la mañana del domingo con el periódico bajo el brazo y las confesiones del amigo Artemio Rulán. Una vez que sale el sol, las nubes blancas destacan en el cielo azul y aparecen contrastes y volúmenes. Los membrillos rompen las luces como si de un juego de cuentas se tratase. Un paisaje, un lugar, un reencuentro…

jueves, 13 de noviembre de 2008

Ginkgos

Amarillean las hayas, amarillean los robles y los chopos en las riberas, el monte brilla con su intenso colorido pero sobre todo brillan los dos ginkgos del balcón con sus espectaculares hojas amarillas. Habrá que ir pensando en buscarles un nuevo acomodo pues con su altura se van quedando un poco encajonados y seguro que los nuevos brotes, buscando el cielo, llegarán a chocar contra el techo la próxima primavera. Mientras tanto, disfrutamos de esta última explosión de color antes de que los vendavales y los fríos del invierno les desnuden de sus hojas.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

El Sol

Atardecer. El sol se oculta cada día un poquito más pronto. Últimamente, y tras el cambio de hora, puedo ver cómo desaparece por detrás de las montañas sobre las seis de la tarde. Es evidente que ha variado su posición respecto al pleno verano, ahora se esconde un poco más al suroeste, más abajo de los Altos del Jarralón (el extremo más meridional de las montañas del oeste que diviso desde mi balcón), al sur de San Martín de Valdeiglesias. Si tengo la suerte de estar en casa y de que no haya nubes, es uno de los mejores momentos del día, un espectáculo especialmente destacado en el periodo otoñal que atravesamos. Es algo muy rápido, en escasos instantes y sin apenas darnos cuenta, apenas permanece más que un resplandor rojizo al fondo del horizonte. Pero ese momento es especial y cada día diferente; en esta ocasión destacan los tonos de un rojo intenso y deslumbrante. Yo aprovecho por intentar captar esos instantes, pequeños detalles fugaces que nunca se volverán a repetir.

martes, 11 de noviembre de 2008

Hayas

Hayas en el valle de Valdeón, provincia de León más al norte de Riaño, al otro lado de los puertos que aislan los Picos de Europa del resto del mundo. Valdeón se encuentra ubicado justamente entre los macizos Central y Occidental de Picos, encrucijada de caminos montañeros, un lugar mágico, de verdadero ensueño... Comienzan las primeras nieves, las hayas se deshojan y el bosque se aletarga esperando tiempos más propicios. Quizás nos encontremos en el momento más hermoso del año pues esta coloración no se consigue en ninguna otra época y merece la pena disfrutarlo despacio, como se bebe el vino, dejando pasar el tiempo sin preocuparnos de nada más.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Colores de otoño

Hayas, robles y acebos en el vallejo de Argoya junto al arroyo del mismo nombre, camino de la vega de Llós. Destaca el alegre colorido de los escaramujos y los frutos del acebo. Caballos peludos y vacas tranquilas, a pesar de los cuernos… Horizonte de montañas blancas y de bosques dorados, aislado paraíso oculto a la mayoría de mortales a partir del momento en que las primeras nieves bloquean los únicos accesos al valle a través de los puertos de Pandetrave y Panderruedas. Probablemente una manera diferente de ser y de vivir, obligados más que nada por las duras circunstancias que marcan tanto la agreste geografía como la meteorología invernal. Sin embargo, milagros de la naturaleza, la vida todavía late en el corazón del bosque.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Rienda de Asotín

Espectacular, impresionante, realmente un camino inverosímil (la rienda de Asotín) que poco a poco se interna en el macizo central de Picos por la vega de Asotín y la vega de Liordes. El hayedo todavía mantiene las hojas doradas a pesar de las nieves que anuncian la llegada de lo más crudo del invierno, rebecos y chovas… Más arriba, cerca del cielo, el refugio Jermoso entre la Palanca y la torre del Llambrión: por el momento palabras mayores pero mientras seguimos soñando, continuaremos disfrutando de cada día en la montaña.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Ruby

Esta es “Ruby”, una artista montañera, tranquila, cariñosa y muy educada. Pasamos una buena mañana caminando por el campo y subiendo cuestas sin descanso, de hecho se la ve bien contenta y animada. De eso se trata, de aprovechar por cansarnos para cuando lleguen las épocas más tranquilas.
También hoy disfrutamos de una hermosa puesta de sol con nubes anaranjadas tras ocultarse el sol, con el cuerpo y el espíritu dispuestos para el próximo finde en las montañas del norte.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El agujero de la peña

El agujero de la peña Foradá en primer plano, dominado un panorama espectacular. "Ruby" en el centro, protagonista principal, inmejorable compañía para tan hermoso recorrido. He de reconocer que se comporta de una manera exquisita, a pesar de que nos hemos conocido esta mañana, y que no se ha quejado de nada en ningún momento. Nubes negras se aproximan cargadas de lluvia, el oro de los cielos, aunque aquí ha caído en tal cantidad que ha llegado a arruinar la cosecha de la naranja… Es que nunca llueve a gusto de todos!!! Por cierto, hoy he encontrado un libro titulado "El peso de las naranjas & Miner's Pond", poesía de la canadiense Anne Michaels con dibujos de John Berger, y no he podido resistirme. Ya iré contando...

martes, 4 de noviembre de 2008

Peña Foradá

La peña Foradá, un hermoso balcón sobre el jardín de naranjos, almendros y cerezos que cubren las laderas del valle desde tiempos inmemoriales. Dicen que un par de veces al año se produce una curiosa alineación solar, en marzo y en octubre, cuando el astro se coloca justo detrás de la peña y atraviesa el orificio natural reflejándose en los restos de un monasterio de franciscanos del que apenas queda más que un calvario y una pequeña fuente. El recorrido es realmente hermoso y merece la pena completar la vuelta por la cueva de la Mora y los restos de antiguos poblados moriscos hoy prácticamente desaparecidos.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Gallinera

Un pueblo, una calle, una iglesia. Parece mentira pero se trata de un pueblo de verdad, con su cementerio y sus cuatro bares, con olivos, cerezos y algarrobos, rodeado de montañas y de un par de castillos en ruinas que cerraban el valle y protegían a sus moradores. Hoy las cosas han cambiado mucho pero todavía permanece escondido y en cierta manera protegido del mundo y de la especulación. Para conseguir esta hermosa vista de pájaro no hace falta más que caminar un rato y subir a las cumbres cercanas que dominan el valle.