Espectacular, impresionante, realmente un camino inverosímil (la rienda de Asotín) que poco a poco se interna en el macizo central de Picos por la vega de Asotín y la vega de Liordes. El hayedo todavía mantiene las hojas doradas a pesar de las nieves que anuncian la llegada de lo más crudo del invierno, rebecos y chovas… Más arriba, cerca del cielo, el refugio Jermoso entre la Palanca y la torre del Llambrión: por el momento palabras mayores pero mientras seguimos soñando, continuaremos disfrutando de cada día en la montaña.
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