Cielos y luces intensas que transforman en oro todo aquello que tocan. Resaltan así las piedras milenarias en las horas del atardecer, sin duda uno de los mejores momentos del día. Paseos sin rumbo y sin prisa, vagando por calles desconocidas (flâner comme un clochard), descubriendo múltiples detalles que en otras circunstancias pasarían desapercibidos. Castilla, “la Bella Desconocida”, los atardeceres de ensueño.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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