Ayer hizo mucho calor en Madrid, un bochorno insoportable a última hora de la tarde. A mi me gusta el calor pero confieso que en algún momento llegaba incluso a ser un poco agobiante. Por la noche, una tormenta con impresionante aparato eléctrico ha despejado la atmósfera y esta mañana se respira un aire puro y tranquilo después del paso del vendaval. Algunos charcos y las ramas caídas reflejan la violencia de los acontecimientos nocturnos. ¡Como si hubieran pasado “los hunos”! En el balcón se perdieron las flores de los cactus, esas flores tan hermosas y delicadas que sólo duran un día; a poco que te descuides apenas puedes disfrutarlas. Esperemos que después de todo esto las plantas vuelvan a florecer.
Imagina...
2 comentarios:
Pobres flores de Cactus... las tormentas tienen ese lado oscuro dentro de su belleza... menos mal que pudiste "congelar" esa belleza efímera para siempre... Gracias por mostrarnos tanta belleza!
Saludos Esgalleros!!!
Gracias Vidal, son instantes... Es lo que tiene la magia de la fotografía, que nos permite congelar un determinado momento. No es lo mismo que la realidad pero nos ayuda a comprenderla. Un abrazo,
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