Me gustan los baobabs (el mundo al revés) con sus ramas como raíces creciendo hacia el cielo. Vuelven a salir flores en la orquídea del año pasado después de más de diez meses en parada técnica. Son unas flores preciosas, lo más hermoso que pueda contemplarse en una pequeña maceta. Claro que los bonsáis son otro mundo aparte (me gustan todos pero especialmente los arces palmeados del Japón). En la Pedriza también pueden encontrarse espectaculares bonsáis naturales, un pequeño pino que crece en una roca al borde del camino o el bosquecito de serbales de los pájaros (que dicen los franceses, aunque aquí se conocen como serbales de los cazadores). En Palencia son los jerbos (sorbus domestica, otro tipo de serbal) los que llaman la atención; pertenecen, como el mostajo, a la misma familia. Es increíble el mundo de la naturaleza. Ciclos que se repiten de manera ininterrumpida a lo largo del tiempo. Y al final todo vuelve a su ser.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
3 comentarios:
Qué bonita flor... qué bonito blog...
El Espigüete es una montaña preciosa. Muchas gracias por los comentarios.
Comparto con espigüete que es preciosa la flor. Me apasionan las orquídeas...
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