Ciertamente una casa señorial que ya quisiera yo poder disfrutar para mi propio solaz; un palacete de dos plantas con jardín y amplios ventanales, resaltados por magníficos arcos de piedra. La piedra y la madera son materiales nobles y cálidos, empleados tradicionalmente en las construcciones de toda la vida. Se nota que estamos en una ciudad linajuda y señorial y que no se trata de una casa cualquiera. Más que linajuda, que no debe venir en el diccionario, estaríamos hablando de una ciudad con raigambre. Destacan las columnas de los arcos de las ventanas, con sus capiteles ricamente trabajados, así como los detalles de los descansos del balcón y las bolas de la portada, que denotan un gusto especial. Todos guardamos un sueño debajo de la almohada. ¡Menudo caserón! No está mal para dejar volar, por unos momentos, la imaginación (que vuela y vuela, como los murciélagos, los dragones y algunas especies de dinosaurios…).
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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