Ya se nota que los días alargan y que por la mañana no salimos completamente a oscuras para ir a trabajar. Las tardes también van estirando y el sol se pone cada día un poquito más tarde. Suerte inmensa poder contemplar la puesta de sol. Aparecen, poco a poco, algunas hojas en los árboles, aunque febrero es un mes muy temprano (pero al final el hombre es capaz de hacer enloquecer hasta la misma naturaleza). Enseguida el murciélago despertará de su letargo invernal y volverá a patrullar por el jardín.
La luz es un buen antidepresivo… Dicen que el mejor de todos los tratamientos es la terapia electro convulsiva, mejor incluso que los modernos y potentes fármacos recién comercializados. Parece ser que lo verdaderamente terapéutico es la crisis eléctrica que se produce en el cerebro (los primeros casos se pusieron en evidencia al detectar enfermos psicóticos que mejoraban tras padecer crisis convulsivas). A mi me sigue convenciendo más la luz del sol.
El destino organiza nuestras vidas sin que muchas veces podamos hacer nada para modificarlo. La existencia humana, sin embargo, nos lleva a luchar permanentemente contra ese destino (cuán Sísifo del siglo XXI).
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
No hay comentarios:
Publicar un comentario