domingo, 24 de febrero de 2008

Lagartijas y dragones

Una pequeña lagartija mediterránea (en este caso concreto es una lagartija de Formentera), una especie endémica que parece un pequeño dragón (como los de adriana en vuelodedragones), con su cuello levantado y su aspecto alerta e inquieto, a pesar de la confianza que demuestra en todo momento. Llaman especialmente la atención los dedos largos y delgados en su pata anterior izquierda. Este bonito ejemplar no se encontraba lejos del Faro de la Mola y del monumento en honor a Julio Verne, en los acantilados del Pilar, referencia clave en su libro “Héctor Servadac, aventuras y viajes por el mundo solar”.
Hoy viajo sin salir de casa; con Internet tenemos todo mucho más fácil pero tampoco es algo imprescindible. El otro día comentaba la sensación de que a veces el tiempo pasa muy despacio pero, sin embargo, ¡todo pasa tan deprisa! Necesito las mañanas de los domingos para poner en orden mi vida. Hace un día más bien desapacible y eso me crea un menor sentimiento de culpa por haber faltado a mi habitual cita con la montaña pero está claro que no se puede llegar a todos los sitios y a veces es necesario parar y reflexionar.
Siempre es bueno tener flores a mano; también me gustan las hojas de los ginkgos y las hojas rojas de los arces palmeados del Japón, que me recuerdan a los dedos largos de las lagartijas.

2 comentarios:

Juana dijo...

Los domingos no salgo de casa, es un tiempo extraordinario para "re-componerme" de los abatares y cansancios semanales. Se acerca la primavera...

jgbarber dijo...

Ya no sé si es que se acerca la primavera o si es que nunca se ha ido, pues realmente este año no hemos llegado a tener un invierno de verdad. Una "cura casera" a veces es necesaria pero, desde mi punto de vista, siempre es algo bien agradable. Salvo que tengas que quedarte encerrado por obligación. Besos