Increíble, inimaginable, se diría un árbol montañero recortado contra el cielo y las nubes. En vez de raíces, unos pequeños “pies de gato” que le agarran firmemente a la piedra (como el pino bonsái que crece en una roca al borde del camino del collado Carabina o el bosquecito de serbales sobre la piedra escondida). Al fondo, la Cuerda Larga ligeramente tapizada de blanco, a la altura de Asómate de Hoyos. Curiosos nombres los de nuestra geografía (Canto Cochino, Cancho de los Muertos, collado Cabrón, el Pajarito y la Campana, el carro del Diablo, Tres Cestos, las Milaneras, collado Miradero, cruce de los Cuatro Caminos, arroyo de la Majadilla, refugio Giner…).
Nos enlosan la Pedriza. Sí, están empedrando los caminos que, de continuar así, acabarán siendo como las calzadas romanas de los “Astérix” y al final esto parecerá un parque temático y tendremos que buscar otras vías alternativas para escapar de nuestra realidad. La meteorología nos respeta y acabamos en el chiringuito, sentados al sol, filosofando frente a una cerveza y una bolsa de patatas fritas. Vaya, ¡creo que me he acatarrado! Por la tarde me corto el pelo, un agradable ritual (la vida está llena de rituales que nos ayudan a organizar la rutina que nos permite seguir viviendo). “El sueño va sobre el tiempo, flotando como un velero” (FGL).
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
3 comentarios:
Encontré tu blog de casualidad y calculo que volveré seguido. Ojo de fotógrafo y mano de escritor. Felicitaciones.
Muy interesante se pone este blog JG y continua muy bonito
Muchas gracias por los comentarios nerviosita. Hi sot77, thanks very much. Me alegro mucho que te guste espigüete...
Saludos
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