Así se presentaba esta mañana la Mujer Muerta, aguantando el aire frío y la bruma del norte que aparece de repente ocultando el tímido sol otoñal. Una capita blanca, sutil, aunque menos aparente que el grueso manto que cubre las estribaciones de Peñalara. En el momento en que se echa la niebla dejamos de ver las montañas y todo se torna un poquito más triste y un poquito más gris. Yo también voy buscando el camino a la extrema sencillez…
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
2 comentarios:
últimamente estás que te sales con las fotografías... son preciosas, llenas de arte y poesía
Gracias pero son ellas mismas las que tienen necesidad de expresarse y van surgiendo poquito a poco, como ellas quieren, una detrás de otra... sin apenas darnos cuenta
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