La luz se apodera del espacio, silenciando incluso el desaforado canto de los pájaros, un silencio que casi llega a doler. La luz y el azul del cielo, zarceros, musicales y petirrojos, debe ser eso, que persigo sueños y petirrojos… Los árboles van cambiando los colores y el suelo se cubre de hojas secas que enseguida echan a volar, igualito que los miedosos patos del Arlanza. La tranquilidad de la mañana del domingo con el periódico bajo el brazo y las confesiones del amigo Artemio Rulán. Una vez que sale el sol, las nubes blancas destacan en el cielo azul y aparecen contrastes y volúmenes. Los membrillos rompen las luces como si de un juego de cuentas se tratase. Un paisaje, un lugar, un reencuentro…
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
4 comentarios:
gracias, por leernos. un saludo
Gracias a ti. No veas lo que me costó encontrar tu libro pero ahora, en la red, es mucho más sencillo seguirte. Saludos,
¿Y como diste con el? Porque es francamente dificil hacerse con uno fuera de Asturias...
Un amigo común lo hizo circular por aquí; a partir de ese momento puse en marcha mis contactos y conseguí que me lo enviaran desde Asturias¿?? Cordiales saludos,
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