No soy más que una sombra en la montaña, silencioso como el indio sigiloso deslizándose en la nieve, apenas un susurro como los arroyuelos cantarines antes de convertirse en verdaderos arroyos. ¡Montañeando! El graznido del cuervo turba la calma; avisos de la naturaleza ante la presencia de un ser humano. Una pareja de buitres planeando a placer… A veces, como si fuera un ser de otro planeta, investigando en territorios vírgenes y desconocidos. En fin, todo por descubrir.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
2 comentarios:
¡¡¡Impresionante el texto de hoy!!!.... me ha encantado
Muchísimas gracias, tu comentario por un lado da sentido al objeto que pretende esta ventana al ciberespacio y por otro me llena de placer
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