Después de pasar el todo el día caminado sobre la nieve vuelvo con el cuerpo cansado, con un ramito de lirones silvestres, y con el soneto de Luis Rosales, atrapado en su mirador, en la peñas que dominan Cercedilla
El pozo ciego
Bien se que la tristeza no es cristiana,
que ayer siempre es domingo y que te has ido,
ahora debo reunir cuanto he perdido,
nieve niña eras tú nieve temprana
jugando con el sol de la mañana,
nieve, Señor, y por la nieve herido
vuelve a sentir mi sangre su latido,
su pozo ciego de esperanza humana.
¿No era la voz del trigo mi locura?
Ya estoy solo, Señor, y ahora quisiera
ser de nieve también y amanecerte;
hombre de llanto y de tiniebla oscura
que espera su deshielo en primavera
y esta locura exacta de la muerte.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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