viernes, 23 de octubre de 2009

Quintana en verano

Quizás sea el momento de echar la vista atrás y contrastar la misma imagen, tomada en el mismo lugar, con los colores saturados del verano, unos colores intensos completamente diferentes a la sutil belleza de las hojas secas y los amarillos del otoño. Una manera de darnos cuenta del paso del tiempo, el diferente sitio por donde se oculta el sol cada atardecer y los colores cambiantes de la ribera de Quintana. El tiempo pasa tan deprisa que apenas podemos darnos cuenta de nada, enfrascados en el bullicio y la actividad de la vida diaria. Afortunadamente estos momentos de reposo me ayudan a valorar las cosas en su justa medida.

4 comentarios:

CARLOS dijo...

MUY BUENA PERO PREFIERO LOS COLORES DEL OTOÑO..
SALU2

Mª Angeles B. dijo...

Que bonitos colores y que preciosos reflejos...un espectaculo visual.

Felicidades.

Besos

Begoña S.R. dijo...

Bonito detalle para poder comparar el mismo escenario en dos estaciones distintas, cada una tiene su propia personalidad.
Tu pasión por la cultura japonesa está calando en ti, lo digo por tus sabias reflexiones como por ej. tu último comentario en mi blog. Gracias

Un abrazo

jgbarber dijo...

Los colores son distintos cada día, igual que las sensaciones que transmiten. Cazadores de luz leía estos últimos días en algún lugar. Es verdad que me llama la atención lo japonés Begoña, mucho más después del viaje a aquel mundo mágico y desconocido. Besos,