Hoy estuve paseando de nuevo por la Pedriza después de un mes sin pisarla. Jardines secretos y solitarios, tocados por la hermosura de la primavera. Salí sólo y apenas encontré gente; así pude disfrutar de un agradable paseo de cuatro horas por senderos poco transitados (realmente arriba no me cruce con nadie). El día comenzaba soleado y con cielo azul, pero iría cambiando a lo largo de la mañana. Por la noche había estado lloviendo y las jaras aparecían espléndidas, sin embargo, a media mañana, las nubes negras comenzaron a surgir por detrás de la cuerda de las Milaneras. Algunas flores, además de las jaras, rosas silvestres, matas de cantueso…
Me dirigía al Cancho Butrón y la “vía Libertad”, y me encontré con un estupendo jardín a sus pies. Un árbol montañero se aferraba a las piedras, un serbal en plena floración con todas sus hojitas verdes. El jardín se extendía prácticamente hasta la pradera de Navajuelos. Un caos espectacular de bloques y piedras. Acabo con la visita a uno de los lugares históricos de la Pedriza, el chozo Kindelán, un emblemático refugio escondido entre jarales.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
2 comentarios:
Peciosa foto. Lastima que no se vea la flor en su plenitud.
Después de la noche de tormenta las flores estaban un poco perjudicadas pero es un hermoso momento. Recuerdo un día del año pasado, dedicado a sacar fotos en el otoño de las flores. También tiene su encanto. Saludos,
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