Una margarita como mi tía de Valencia, o como la plantita que tenía el Principito en su planeta enano. Hoy en día, con la pérdida de categoría, podría incluso tratarse del pequeño Plutón, allá en los confines más lejanos del universo. Por eso el otro día comentaba que para mi Plutón siempre seguirá siendo un planeta (aunque enano, pero un planeta). A veces, como el Principito, yo también doy un paseo por mi planeta, riego mi flor, y contemplo mis soles y mis lunas. También es verdad que otras veces puede resultar un poco justo para vivir, pero a todo se acaba uno adaptando; un planeta de esas características, a pesar del espacio limitado, puede tener muchas ventajas. Por cierto, la margarita es del valle del río Moros, un paraje encantador. ¡Besos desde el planeta enano!
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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