Un mundo de paredes verticales donde los escaladores me recuerdan a las salamanquesas del Cabo de Gata trepando por las paredes, a la caída de la tarde, buscando insectos para cenar. Un mundo de magia y de libertad, de increíbles equilibrios, de camaradería y de amistad.
El Yelmo corona el macizo anterior de la Pedriza (claro, hay otro macizo posterior, evidente, sino no se llamaría así) y desde su cumbre, las vistas sobre todo el conjunto son verdaderamente magníficas. Una suerte poder estar ahí. ¿Qué más puedo pedir?
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
2 comentarios:
¡Increible foto!.La imagen de las personas y el arbolito le dan una perspectiva inimaginable.
¡Enhorabuena por la riqueza y variedad de las fotos de montaña que publicas!.
Gracias luz, me alegro que te guste y también me alegro que estés ahí, disfrutando cada día. Eso, para mi, es todo un regalo, el mejor de los regalos...
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