“Yo vivo enamorao y para mí tus besos, son como la fuente de mi pensamiento”; Camarón, claro, el más grande... Tarareo sus coplas, pura hondura y sentimiento, en mi solitaria excursión. Menuda vuelta al valle de la Barranca, con las primeras nieves del invierno; el día es soleado pero las nubes grises aparecen por el norte, desde el puerto de Navacerrada. La llanura madrileña se muestra en cambio despejada y azul. Diana Navarro, joven cantante malagueña en la radio del coche, pero no es lo mismo, el Camarón tiene otra fuerza. Hermosa silueta de la Maliciosa, con su relieve agreste, recortada entre retazos de cielo azul. Sin duda la más alpina de nuestras montañas…
Por cierto, el cuadro de la “cabecera” es de mi amiga JM (pintora de especial sensibilidad) y ocupa, como la “Máscara africana”, uno de los lugares principales de la casa.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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