Siempre quise tener una máscara africana. Esta me pareció tan bonita que cuando la encontré, me dio un brinco el corazón. Debe ser una nijeriana con jota, nada que ver con una nigeriana de verdad. Ahora ocupa un lugar principal en la casa. Evoca la verdadera naturaleza del ser humano, lo que somos, de donde venimos y adonde vamos, nos hace sentirnos más cerca de la tierra y nos recuerda que todos (y no solo los inmigrantes) somos africanos.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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