Ahora que hace frío añoramos la primavera, las flores y las mariposas. En este caso destaca el momento, la levedad y la quietud aparente que, con un solo soplo de viento, acabaría por esfumarse. Porque la quietud no se rompe, se esfuma, se hace humo… y desaparece. También destaca el azul de la flor y las dos antenas brillantes de la mariposa, como dos fósforos, que parecen más pesadas que todo el resto de su cuerpo. Llegará de nuevo el tiempo de las flores… mucho antes de lo que pensamos.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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