De nuevo desde mi ventana, con un cielo increíble, como si lo hubieran pintado. Un espectáculo cada tarde, apenas la silueta de las montañas, ocultas por el rojo sol del atardecer. Cada día diferente, como una película en technicolor…
El justo momento protagonizado por los grises, los rojos y los naranjas, con infinitas variedades del amarillo nápoles rojizo. Segundos después, nada queda de lo que fue…
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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