San Millán por su cara norte, el techo de Burgos. Un hermoso valle con un bosque de hayas y continuos saltos de agua hasta que la vegetación da paso al terreno más áspero y descarnado. Una enorme montaña cubierta de nieve y una cómoda subida hasta lo más alto, con algún tramo más exigente.
Nieve, nieve y más nieve. Volvemos por un camino diferente, con cascadas aún más espectaculares que las de la subida. La cara amable del bosque. A lo largo del día, el cielo azul se torna en un gris ceniciento.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
2 comentarios:
pues a por la ultima nieveeeeeeeeeeee...
salut
joan
Gracias Joan. Habrá que disfrutarla. Saludos,
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