Hoy me cogí el día libre y estuve paseando junto al Manzanares, sin prisas ni agobios, tranquilamente, contemplando el agua y las flores. Algunos pájaros revoloteaban por los alrededores, entre ellos una pareja de mirlos, un tímido petirrojo y algún rabilargo de la numerosa colonia que habita en las inmediaciones. Me di cuenta de que las piedras se mueven, es algo muy sutil pero poco a poco se mueven y acaban en lugares bien distantes de su aposento inicial. También me di cuenta de lo complicado que es fotografiar el agua y de la luz dura del sol que difumina los contornos de las piedras. Al final, una cerveza mientras recopilaba las sensaciones de tan agradable mañana.
2 comentarios:
Muy guapas, las tuyas tienen mucha más agua y el río es río, el mío es un regatu.
SALUD.
El Manzanares baja en esta época con mucho agua y da gusto pasear por sus orillas. Me alegro que te guste. Saludos,
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