martes, 3 de diciembre de 2013

Japan y Hokkaido



"From a different point of view, the land of Hokkaido as Michael responds to it, with a perspective foreign to us Japanese, appears entirely new. In this sense, the landscapes he has captured suggest the vistas that the aboriginal Ainu people might have seen around them when Hokkaido was their heaven and earth, in the distant past before mainland Japanese settled there to colonize the island. The photographs seem to fix nature itself, pure, an unsullied world. In short, through Michael Kenna, a single photographer from another country, Hokkaido has acquired a completely new complement of natural features", from "Landscape of the soul", Introduction Michael Kenna's "Hokkaido" by Daido Moriyama.

Por fin en mis manos los dos libros de Michael Kenna sobre Japón, editados por Nazraeli Press con el título de “Japan” (2003) y “Hokkaido” (2006) e introducidos brillantemente por los fotógrafos japoneses Kohtaro Iizawa en el primer caso y Daido Moriyama en el segundo; 96 y 84 cuidadosas imágenes en un preciosista blanco y negro que refleja el espectacular paisaje y la especial idiosincrasia que forma parte de la vida del pueblo japonés: la visión más clásica junto a la poesía del haiku y el rastro del pueblo ainu originario de la isla de Hokkaido. Una espectacular edición que nos muestra la naturaleza en estado puro. Los ainus eran los verdaderos pobladores y dueños de las tierras del norte hasta la colonización japonesa a mediados del siglo XIX, un pueblo cazador de tribus esquimales en íntima conexión con la naturaleza. Es increíble cómo un fotógrafo occidental es capaz de expresar sin palabras el sentimiento del pueblo japonés tal y como lo imaginamos en occidente aunque es probable que nada tenga que ver con la particular visión autóctona ya que sus imágenes se aproximan mucho más a la idea que nosotros tenemos de Japón que al propio punto de vista que interpretan ellos mismos. Quizá la clave del éxito resida en este caso en que uno encuentra justo lo que andaba buscando de manera que acabamos idealizando nuestros sueños mediante una retroalimentación positiva. Vemos Japón como imaginamos Japón. Imposible localizar cualquiera de los dos ejemplares de Kenna tras la intensa búsqueda realizada a lo largo de los días de vacaciones  recorriendo las grandes librerías Kinokuniya, Coach and Four, Maruzen y Tsutaya en Sapporo y Tokio. Sí encuentro "In France" y las "imágenes del séptimo día" pero comprar en Tokio un libro francés de Michael Kenna no me llama mucho la atención. Intentaba traerme estos dos libros como recuerdo del viaje, algo que me hacía especial ilusión, pero en todos los sitios me indicaban con cierto sentimiento que estaban descatalogados desde hace tiempo ("sorry, out of order"). Los japoneses tienen grandes dificultades ante la imposibilidad de no poder satisfacer a un cliente; decir no es algo que realmente les supera pues tienen especial interés en cumplir las expectativas del potencial comprador de manera que percibes que sinceramente les hubiera gustado tener un ejemplar aunque solo hubiera sido para poder agradarte. Su amabilidad y atención es exagerada. Algo impensable en nuestro medio y que de alguna manera nos tendría que hacer recapacitar y replantear muchas cosas. La filosofía de "el cliente siempre tiene razón" llevada a su lado más extremo. De nuevo en casa tras finalizar las vacaciones, prosigo mi búsqueda a través de Internet hasta tropezar con algunos ejemplares localizados en USA (Nazraeli Press, la editora de estos libros es de origen norteamericano) pero entre los gastos de envío, los portes y las tasas aduaneras, el precio sube más de lo razonable y prefiero seguir indagando. Ya me ha pasado en algún caso tener que pagar más por los impuestos, tasas y gastos de envío que por el precio real de un libro. Además, en alguno de los ejemplares localizados constato que no se trata de la edición original sino de una reimpresión posterior y, ya puestos a desembolsar un buen dinero, prefiero acceder a las fuentes y adquirir directamente la primera edición. Después de mucho rebuscar, al fin doy con dos ejemplares en Europa -que son los que ahora mismo tengo entre mis manos- en una librería de Tubinga desde donde los envían a mi domicilio. Imposible sin el concurso de los libreros de viejo que circulan por Internet. Busco en Google Maps para fijar la posición exacta de Tubinga, al sur de Alemania y muy cerca de la Selva Negra. Los gastos de envío son razonables teniendo en cuenta el precio de los libros. Encuentro otro ejemplar de "Japan", también en Alemania, para la amiga que el verano pasado me presentó virtualmente a este fotógrafo. El librero me informa por mail del momento de partida del pedido y desde entonces transcurren un par de semanas de angustiosa espera revisando el buzón en busca del “aviso de llegada” del servicio de Correos. Los libros se toman su tiempo pero al fin aparecen sin ningún contratiempo. El librero alemán se ahorra mi primer apellido, sustituido por la inicial, dejando solo el segundo; los dos apellidos siguen siendo algo exótico fuera de nuestras fronteras lo cual me obliga a deshacerme en explicaciones formales ante el funcionario de la oficina de correos. Menos mal que la dirección coincide con la que aparece en mi documento de identidad y consigo convencerle para retirar el envío. Probablemente esta sea la causa de retraso pues ya hace dos semanas que María Antonia tiene en casa su ejemplar tras un rápido viaje de tres días. Los libros se encuentran en perfecto estado a pesar de los años, realmente impecables. Las impactantes imágenes minimalistas de los paisajes en blanco y negro de Michael Kenna (1953, Widnes, Lancashire) transmiten calma, tranquilidad, distancia, silencio, misterio, magia, tiempo, luz, belleza... Abrir el libro y pasar sus hojas es como trasladarte a un lugar intemporal donde todo está bien y donde todo es perfecto. La introducción de Moriyama para "Hokkaido" explica de alguna manera todas esas sensaciones... Buceando en la web es fácil encontrar algún reportaje con las palabras e imágenes del propio fotógrafo relatando sus inquietudes y su método de trabajo. Kenna reside actualmente en Seattle, en la costa oeste de Estados Unidos, desde donde viaja por todo el mundo. He visto calificar sus imágenes como haikus visuales, la mejor expresión sobre la sensación que transmiten a quienes las contemplan. Iluminación efímera y largas exposiciones con una cámara de formato medio intentando capturar el paso del tiempo. Poesía visual para tiempos de crisis.

1 comentario:

Espigüete dijo...

Muy bonitos....
A disfrutarlos