Justo al lado de la iglesia románica de Santa María de Piasca, en el término municipal de Cabezón de Liébana, un tejado nevado me llamó poderosamente la atención. Ya sé que no es nada especial pero el rojo contra el blanco y el fondo difuminado de las montañas del valle de Valdeprado, producían una sensación sobrecogedora. A la derecha de la imagen la carretera asciende hasta el puerto de Piedras Luengas, comunicación con Palencia y Castilla. La iglesia, construida en el siglo XII sobre restos prerrománicos, es una de las joyas del entorno; formaba parte del monasterio del mismo nombre, tal y como avalan los datos históricos sobre su existencia desde el año 930. ¡Ya ha llovido desde entonces!
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