Una esquina del mismo estanque palentino, un momento delicado y sutil, una flor en creciente por emplear el símil de la luna. Instantes robados al tiempo, detalles que normalmente pasan desapercibidos y que sólo se muestran en todo su esplendor una vez que fijamos en ellos la vista y la atención. Y en ese momento pensamos: “Cómo no me habría dado yo cuenta de esta imagen tan hermosa”. Nada más que un poquito de sensibilidad. También me gusta el fondo con la amarillenta hoja de plátano en estado de semidescomposición. Y es que cuando voy con la cámara en la mano soy como los pistoleros del oeste, donde pongo el ojo pongo la foto.
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