martes, 25 de septiembre de 2012

Extraña sensación

Al lado de un árbol grande uno se siente muy, muy pequeño. Por muchos años que vivamos será difícil superar los dos metros; sin embargo estos colosos de treinta metros crecen altivos e insensibles al paso del tiempo, cada vez un poquito más altos, cada vez un poquito más grandes. La comparación además de odiosa es inevitable. El contacto con un árbol viejo transmite la fuerza y la energía de la tierra, una oportunidad que no hay que dejar escapar pues la vida es complicada y no está nada mal disfrutar y aprovechar los regalos que nos brinda la naturaleza de manera tan generosa.

4 comentarios:

Carmen dijo...

Aunque los árboles crezcan exteriormente, la mayoría de las personas tienden a hacerlo interiormente, lo cual tampoco está nada mal ;)

Abilio Estefanía dijo...

Hola Jose, en esta foto se ve la vida que están llevando estos árboles a su libre albedrío.

Un abrazo

Mariluz dijo...

Qué bonita foto!! La verdad es que somos y nos sentimos diminutos ante la Naturaleza.
Un saludo!

Javier dijo...

Buenos paseos en bici para descansar a la sombra de esos grandes arboles.
Ahora que te has vuelto cerrateño tienes que ir a ver la gran encina del Monte de Reinoso y un par de robles en Villaviudas que de esos hay pocos por la zona pero merecen visita.