Hoy tendrán que ser dos fotos porque no se podría entender bien la una sin la otra. La primera está tomada esta mañana, a primera hora, con un día frío y gris; la otra cuatro horas después, pasado el mediodía, cuando el sol comenzaba a calentar. La diferencia es espectacular: la misma imagen (transformada cuán crisálida) algunas horas después. Las flores de los cactus son efímeras, apenas duran un día pero merece la pena disfrutarlas en todo su esplendor.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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