domingo, 12 de septiembre de 2010

Como la vida misma

Una pareja acaba de perder el hijo que esperaba al poco de parirlo. No pudo ni salir del hospital. Ella (23 años, soltera, sin estudios) tiene dos hijos de una relación anterior. Él (47 años, separado) trabaja como vigilante de seguridad. Un mes después, en la piscina, ningún signo revela en su cuerpo el antecedente de los embarazos, a pesar del escaso tiempo transcurrido desde el último parto.
Parecen felices aunque desconocen si podrán disponer de los dos mil quinientos euros que proporciona el gobierno tras el nacimiento de un hijo.
Discuten
Ella quiere ponerse tetas,
Él preferiría cambiar de ordenador...

5 comentarios:

Ardilla Roja dijo...

Como la vida misma, desde luego

Tus textos son reducidos; aunque tampoco hace falta extenderse para expresar algo concreto, en este caso la infelicidad casi palpable de esta pareja. Más o menos como la alambrada de la foto.

Un saludo.

Mª Angeles B. dijo...

Fuffffff, menuda histori!

la realidad muchas veces supera la ficción.

Besos

Begoña S.R. dijo...

entre lo descolocada que vengo después de mi descanso y este relato...
Te advierto que me viene bien para poner los pies en el suelo y ver la realidad tal cual.

Un fuerte abrazo

Abilio Estefanía dijo...

Hola Jose, seguroq ue estaban en el mismo banco de la foto y su vida tan hecha polvo como la alambrada.

Como la vida misma.

Un abrazo
el lio de Abi

alfonso dijo...


A veces, más de las deseadas, tropiezas en la vida con historias más verosímiles que la historias imaginadas desde un teclado... con o sin tetas nuevas.
Buena historia.

Saludos

CR LMA
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