Ya solo su nombre denota el ansia por vivir, sus duras condiciones, inhóspitas diría yo, aislada en lo más profundo de las montañas, con chovas y rebecos como única compañía. Pero de repente, un día, surge deslumbrante en toda su belleza. Es que la naturaleza es como la vida misma.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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