Reflejos, agua y sol, cielo azul; al fondo de la imagen la silueta del Curavacas cerrando el horizonte de la montaña palentina, en pleno corazón de las Fuentes Carrionas. Brillos dorados al atardecer. Una manera de recordar (y si fuera posible sintetizar) estos mágicos días de vacaciones lejos del mundanal ruido, en contacto con el aire y la naturaleza, con el sol y la montaña. Todo va sumando pero sin duda habrá tiempo de volver.
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
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