Otra flor azul, menos intensa en este caso, pero también de El Pardo, un jardín en esta época del año, sobre todo tras las últimas lluvias. En este caso, es una flor más delicada y sutil, no tan azulona como la del otro día. En El Pardo hay algunas secuoias de porte descomunal, los árboles más grandes de todo nuestro entorno.
Parece que el próximo fin de semana será soleado, con alguna tormenta ocasional a lo largo de la tarde del domingo. Esperemos que los meteorólogos acierten y se acaben cumpliendo los pronósticos...
977 - Los caracoles de Fibonacci
Hace 10 meses
2 comentarios:
¡Qué belleza tienen las flores pequeñas!... A propósito del milagro de lo natural comparto contigo, jg barber, un texto. Desconozco su autor:
"Todas las mañanas, la vida empieza. En cada gota de rocío, repite su ejercicio continuado de nacer, crecer, transformarse y multiplicarse. Todas las mañanas, la vida florece, extiende sus brazos hacia el cielo y se reproduce. Todas las mañanas, la vida se abre y de para en par, se encuentra, se entrega y se manifiesta de mil formas diferentes de ser, maravillosas de ser. Y se reinventa su milagro infinito de reempezar cada mañana"
Hola serenade, encantado de encontrarte de nuevo por aquí. Coincido contigo en lo de la belleza efímera de las flores. El texto, precioso. La naturaleza es un constante renacer, ciclos que se perpetuan a lo largo del tiempo, una maravilla en cualquier caso. Muchas gracias
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