
Finde montañero, sábado y domingo caminado por la Pedriza, un par de días luminosos y azules disfrutando de la nieve y la montaña. En lo más recóndito del lugar, por encima de los dos mil metros, el Dedo de Dios parece querer mostrar todo el circo de la Pedriza a quien por allí se acerque. Las piedras de la Pedriza son absolutamente peculiares; las nubes negras, totalmente inofensivas en esta ocasión.
4 comentarios:
Curiosa forma la del Dedo de Dios. Caprichos de la naturaleza. ¿nos sorprenderas con una serie de la Pedriza?
Un saludo
La Pedriza y sus formas caprichosas, todo un lujo para los caminantes.
Un saludo.
Me parece más bien una mujer elvando al cielo uno de sus dos brazos. Un abrazo.
Es el bello mundo de natación en el aire.
Desde el Lejano Oriente.
Saludos cordiales.
ruma
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