A Dos Cabañas

Esta mañana subimos a Dos Cabañas desde La Granja, un recorrido agradable para despedir el año, a pesar del “tiempo de perros” que tuvimos, con lluvia, aire y nieve en algunos momentos. Volvimos por el sendero que sale poco antes de la fuente del Chotete, cambiando la idea inicial del Chozo Aranguez, en la norte de Peñalara, por este bonito recorrido entre pinos que discurre entre los cantarines arroyos Morete y Carneros, y que no desmereció en absoluto en belleza respecto a nuestro itinerario inicial. Imagina… Es que para merecerse la cena hay que hacer un poquito de hambre y cuando el tiempo se pone feo, hay que buscar alternativas. Momentos de reflexión y de sosiego junto a los anillos del pino, que reflejan de manera inequívoca el inclemente paso del tiempo. ¡Feliz 2010! Mucha suerte, buenas fotos y hermosas montañas para todos.

Hoja de ginkgo

Hace tiempo que cayeron las hojas de los ginkgos, algunas todavía permanecen en el balcón, amarillas, solitarias, asustadas. Intentan protegerse de los elementos refugiadas entre las macetas, proporcionando un tono melancólico que no me resulta en absoluto desagradable. Ha estado lloviendo estos días y así he podido aprovechar esas gotas sobre la hoja, sin salir de casa, para confeccionar esta delicada postal.

Tesoros de las culturas del mundo

No es una broma, es el nuevo pirulí (Obelisco dicen en el periódico) de la plaza de Castilla, diseñado por Calatrava e inaugurado la semana pasada con la presencia de los reyes, Gallardón y Blesa, el presidente de Caja Madrid, que se supone que es quien lo ha pagado. Pero en el día gris y con los colores dorados por el reflejo del sol del atardecer, parece uno de los numerosos adornos navideños que en esta época invaden la ciudad. La torre del agua, perteneciente al Canal de Isabel II, tiene mucha más solera y una frase absolutamente desconcertante en este contexto: "tesoros de las culturas del mundo".

La plaza de Castilla

Un cielo tenebroso cubre la plaza de Castilla a media tarde, poco antes de que se vaya la luz. Un nuevo adorno navideño luce entre las dos las torre Kio, inclinadas en la salida norte de la ciudad. ¡Estamos en crisis! pero parece que no nos hemos dado cuenta todavía. Al fondo los rascacielos, siempre me gustó esa palabra, y el nuevo concepto de ciudad donde no puede faltar de nada, aunque tengamos que empeñarnos hasta los ojos.

Caen las sombras

Contraluz en Madrid. Camino bajo las Cuatro Torres buscando los perfiles más llamativos mientras juego con las ramas de los árboles. Un bonito contraste la geometría de las construcciones contra el desorden de la naturaleza. Mientras tanto el sol se pone por el oeste y engaña a nuestros sentidos. El cielo se transforma de repente, la luz nubla la vista y todo aparece en un irreal blanco y negro, antes de que caigan las sombras.

Por la tarde, después de la nevada

Después de la nevada del otro día, ha estado lloviendo sin parar durante dos días. Ayer incluso hubo algunos momentos en que caía el agua con una intensidad increíble. Así no hay manera de salir, a pesar de paraguas y chubasqueros.
Sigo intentando diferentes procesados; en cualquier caso, a pesar de tratarse del mismo lugar, la luz a la caída de la tarde es completamente distinta de los tonos y colores del amanecer. El tratamiento y el programa es diferente, constituyendo las dos versiones de una misma escena: amanecer y atardecer. Mi postal navideña, esperando que el agua me deje salir al campo, dedicada a todos los que me seguís por el ciberespacio. Felices fiestas!!!

Por fin ha nevado

Así amanecía la ciudad esta mañana, con el fondo azulado, las luces de las farolas y un manto blanco e inmaculado delicia de montañeros y no tanto de conductores y trabajadores que debían enfrentarse a las inclemencias del tiempo, atascos y dificultades con el tráfico, tanto en transporte privado como en el público (salvo el metro, que no se suele atascar con la nieve). A pesar de todos los inconvenientes de la nieve en la gran ciudad, la alegría de ver amanecer con estos colores, no nos lo quita nadie.

Cabeza Illescas

Cabeza Illescas es una peña que se sitúa al otro lado del embalse de Santillana, justo frente a la Pedriza Anterior. Por la mañana el sol incide sobre el espejo que forma el embalse y no es fácil sacar fotos pero en esta ocasión el cielo tan hermoso hacia que olvidara cualquier teoría de la luz y la composición para atreverme con esta fantasmagórica imagen, con castillo incluido.

La plaza Mayor de Madrid

Un detalle de la plaza Mayor de Madrid con los toldos echados protegiendo los escaparates de los comercios de los soportales. La luz dorada y la sombra de las farolas consiguen ese ambiente íntimo y misterioso que imprime carácter a la imagen. Un instante que me gustó...

Contraluz en Braojos

Un contraluz en Braojos, un pequeño pueblo a las faldas de la Somosierra, del que apenas se distingue la torre de la iglesia entre las nieblas y las ramas del magnífico ejemplar que ocupa el primer plano.

Otra de las lagunas de Neila

Ahora que vienen los fríos, otra imagen de las lagunas de Neila -de rabiosa actualidad a pesar de ser del pasado mes de noviembre-, con la primera gran nevada del año. Casi no puedo imaginar comno debe estar ahora toda esa bonita montaña.

Montaña de colores

A veces me gusta jugar con las imágenes y transformar una foto en una especie de dibujo de estética japonesa –entre acuarela y grabado, un poco de manga y otro poco de comic– resaltando las formas y los colores y transformando a mi modo la realidad por la que he transitado y que permanece sin embargo inalterable en el fondo de mi retina. No es el Fuji, pero se le da un aire. Quizá algo absurdo, lo reconozco, pero de eso se trata.

Arce de Montpellier

Uno de los más curiosos arbolitos que se pueden descubrir en la Pedriza, el arce de Montpellier (acer monspessulanum), con sus colores encendidos antes de perder las hojas de forma de trébol. Es posible encontrarlo en los lugares más insospechados, proporcionando una alegría contagiosa.

Madrid desde la sierra

Allá a lo lejos, en la llanura, se distinguen fácilmente las cuatro torres de la antigua ciudad deportiva del Real Madrid, emergiendo poderosas entre la bruma azulada. En la zona norte de la ciudad también destacan las torres Kío con su característica inclinación, a las puertas de la plaza de Castilla y mundialmente conocidas por su aparición estelar en “El día de la Bestia”. Y claro, contemplando esas torres aparece de repente entre los bloques pedriceros un enorme macho cabrío, justo como el que salía en la película, que me hace pensar en supuestos poderes extrasensoriales. Curiosas interrelaciones de la mente…

Podría ser una hermosa playa…

En Madrid no tenemos playa pero a veces los sentidos nos confunden, no hace falta más que un poquito de imaginación y encontrarse en el sitio adecuado en el momento adecuado. Esta imagen es de ayer, amaneciendo, camino de la Pedriza donde disfrutaríamos de un día soleado y hermoso. Las luces antes del amanecer y las nubes rojas sobre el cerro de San Pedro se reflejan en el embalse de Santillana. Si no es por la explicación, bien podría tratarse de un bonito amanecer en una playa paradisíaca.

Las Peñas del Gato

El sábado a la Pedriza. Vemos amanecer desde las Peñas del Gato, con el cerro de San Pedro y el embalse de Santillana encendidos por las luces a primerísima hora de la mañana. Sin duda uno de los momentos más bonitos del día.

Atardecer

La tarde es azul, el cielo es azul, el sol se oculta tras el horizonte recortando las siluetas de los árboles. Un instante nada más…

Veinticinco días

Hoy se concede el Premio Nóbel de la Paz. Parece mentira; mientras tanto ya pasaron veinticinco días, imagina, veinticinco días sin comer, en la soledad de un aeropuerto, solicitando volver a casa viva o muerta, dice con un hilo de voz. Todo un símbolo. La dignidad es algo que no se compra ni se vende. El otro día comentaba Saramago, con toda la razón del mundo, que "no podemos permitir que esta mujer se muera. Vamos a ser moralmente más pobres si la dejamos morir"... Sus palabras me llamaron especialmente la atención, premio Nóbel y todo un referente moral.

El sol se acuesta

La imagen es de esta misma tarde, desde casa como siempre, con el 70-300 a 170 mm. El sol se acuesta medio oculto entre las nubes. El apenas medio círculo rojo es capaz de teñir el cielo con formas y dibujos en technicolor, cada día diferentes. La mitad inferior invadida por las sombras apenas tiene interés, salvo el contraste espectacular con la parte iluminada. Como el ying y el yang, dos caras de una misma moneda. A veces, al amanecer de los últimos días, me saluda Orión el Cazador con su perro Sirio a los pies, pero el cielo debe estar bien despejado porque las luces de la ciudad impiden una buena visibilidad. Orión es la constelación estrella del invierno. Lástima no poder fotografiarla, yo creo que no saldría nada pero la excusa es que voy con prisa al trabajo...

Se acerca el invierno

Nieve de invierno, hojas secas que tapizan el suelo aportando un agradable toque de color a la blancura inmaculada de la nieve. Las hojas hendidas del roble se conservan entre la escarcha, señal inequívoca de las bajas temperaturas. Es el punto de inflexión que señala el cambio de estación.

Turista en Madrid

Una calle oscura con luces de colores y reflejos del sol sobre las hojas otoñales de los árboles. Paseos urbanos que permiten descubrir aquellos rincones que habitualmente nos pasan desapercibidos; en este caso se trata de un callejón en las inmediaciones de la plaza de la Ópera. Por cierto, sirva esta entrada como celebración a los dos años en el ciberespacio. Ufff!!! Parece mentira cómo pasa el tiempo…

Paseando por Madrid

Ayer estuve paseando por Madrid, haciendo fotos a pesar de que había montones de gente por todas partes y a mí me gustan los ambientes más tranquilos donde pasar desapercibido. Hoy, en cambio, no he salido de casa entretenido con los periódicos atrasados y los papeles del banco, leyendo y escribiendo, cotilleando en Internet, una ventana al revolucionario mundo virtual. Proceso algunas fotos extrayendo su color, aprovecho los mágicos reactivos digitales, leo algunos trucos al respecto que Vampyressa publica gratuitamente en la red. Entre la cosecha de ayer, excursiones por León (Mampodre, Ubiña, Babia, Laciana, Alto Luna...), Picos de Europa, y la tercera entrega de la trilogía “Nocilla”. En fin, nada mal lo de convertirme en ermitaño en mi propia casa, lástima que las nubes impidieran disfrutar de la puesta de sol.

Nubes tenebrosas

Un paseo por Madrid, algunos libros, y una hermosa puesta de sol desde el balcón; la de hoy era bonita pero realmente la imagen es de hace dos días, una puesta espectacular con unos colores increíbles y unas nubes tenebrosas.

Una estampa maternal

La madre atenta a todos mis movimientos, el pequeño a lo suyo, llueve, algunas gotas ensucian el objetivo, parece muy grande el potrillo para seguir mamando, claro que ya dicen que la lactancia natural es la mejor. A tenor de lo visto, no me cabe la menor duda. Milagros de la naturaleza.

A vista de pájaro

El hayedo, con sus mágicos colores, a vista de pájaro. Una ladera protegida de las inclemencias del tiempo, donde prosperan las hayas. Un respiro desde el mirador que domina el valle por donde discurre el Jarama en sus primeros pasos; a la derecha se adivina la vaguada del Ermito, uno de sus primeros afluentes. Al fondo las montañas que nos separan de Segovia y al este las tierras de Guadalajara con las alturas del Santui y el Cerrón, este último por encima de los dos mil metros.

Recuperando imágenes de las hayas

Hace justo un mes, dos de noviembre, del hermoso paseo por el hayedo de Montejo. Las hojas de robles y hayas tapizaban el suelo y engalanaban todavía las ramas de los árboles. Una vez que llega el invierno, caen las hojas y los colores se pierden de repente como por arte de magia. No volveremos a disfrutar de estas imágenes hasta dentro de un año pero el recordar esos instantes es una de las ventajas de la fotografía. Sigo con mis ensayos de procesado, prueba y error, hasta dar con el toque que me satisface. No es fácil ser autodidacta en fotografía, el proceso informático consume mis energías.

Un cuervo japonés

Me gustó jugar con los colores y las texturas y esto es lo que he conseguido al final. Al menos el ojo negro y brillante destaca en un entorno complicado –negro contra negro– , aunque lo más llamativo de todo es ese pico fracturado de origen desconocido. El fondo difuminado corresponde a una fuente con sus chorros y sus reflejos.