
Una agradable mañana paseando por el hayedo camino del Chorro. Como no está lejos y el día sale tan hermoso, merece la pena repetir itinerario; el arroyo sorprende con las numerosas pozas y cascadas y el musgo que recubre las piedras. Apenas dos semanas y los robles ya aparecen cubiertos de hojas tiernas que filtran la luz. Entre todas las flores que tapizan el bosque, destacan las alfombras de botones de oriente y su brillante toque de color.
1 comentario:
Que bonitos estan los bosques ya,todo verde y frescor con estos riachuelos que les dan vida.
Bonito efecto.
Besos
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