
Nubes a lo largo de la primera parte de la mañana. En un determinado momento el sol hace acto de presencia. Tímidamente. No hay más que mirar atrás, al otro lado del valle una vez sobrepasadas las invernales de Igüedri y superadas las portillas del Boquejón, para darnos cuenta de la luz que incide sobre la ladera blanca del Coriscao, cubierta de nieve como una montaña de merengue. Se aprecia la falta de nieve para la época en que nos encontramos. El cielo es gris pero esa luz es la que verdaderamente proporciona volumen a la montaña, la que dimensiona sus perfiles y contrafuertes. A partir de entonces, con el movimiento de las nubes, acabarán apareciendo momentáneamente los azules que al final nos permitirán disfrutar de un día soleado. Sutil blanco y negro, con una buena gama de grises, a pesar del mal aspecto que tenía la mañana nada más comenzar a caminar.
7 comentarios:
Un pico que subí hace ya muchos años, majestuoso e imponente en tu fotografía de una enorme belleza. Saludos.
Hace un par de semanas anduve por Cantabria y lo vi desde lejos. Tenía menos nieve, pero la misma impresionante planta.
Un saludo
Fantásticas fotos, me ha gustado pasearme por tu blog Salut !!
Francesc, Barcelona
http://balapertotarreu.blogspot.com
Ufff, qué fotografía tan impresionante. Vaya montaña bonita.
La verdad es que tengo muchas ganas de subirla. Aunque aún tendrá que esperar...
Saludos!
Hola Jose, pues te ha quedado de primera y con esas nubes por debajo.
Si que parece que hay poca nieve para el tiempo en el que estamos.
Un abrazo
Un belleza natural a nuestra disposición visual gracias a tu cámara. Un abrazo.
· Lo subí desde Pido... con todo el desnivel por delante. Lo importante de este pico es su posición. Es, posiblemente, el mejor balcón sobre los Picos de Europa.
· un saludo
CR & LMA
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