
Frío en el norte, menos diez grados a las nueve de la mañana, el agua se congela en el interior del coche y el aire sopla en las cumbres pero salimos a caminar por estirar un poco las piernas. El día es luminoso y afortunadamente no llueve, al rato sale el sol y templa la temperatura, que se mantiene rondando el cero pelotero. Los animales bajan a lamer la sal de la carretera. Frente al gigante de las Fuentes Carrionas, aprovecho un contraluz sobre la alambrada que también tirita de frío.